Debido a esta situación, el Gobierno central incluyó en la última prórroga de los ERTE una nueva medida con el propósito de mantener a los trabajadores en formación mientras no trabajan.
Los ERTE de formación
Las modalidades existentes de ERTE COVID-19 se han mantenido en las mismas condiciones hasta el 31 de octubre de 2021, mientras que, desde el 1 de noviembre, ha aparecido una nueva modalidad denominada ‘ERTE de formación’ con mayores exoneraciones asociadas a la impartición de formación a las personas trabajadoras en situación de ERTE.
Dentro de esta prórroga, el Ejecutivo pretende exonerar entre el 40 y el 80% del pago de los ERTE, pudiendo llegar en algunos casos al 100%. Además, las empresas tendrán un incremento en el crédito de formación de hasta 425€ por trabajador para que formen a sus empleados en ERTE o con una reducción de su jornada.
Estas ayudas están en vigor desde este mes de noviembre y se extenderán como mínimo hasta febrero del año que viene. El objetivo es favorecer la empleabilidad de los españoles que actualmente se encuentran en ERTE o con una reducción de la jornada laboral a causa de la crisis generada por la pandemia del covid-19.
Según Nuria Saavedra, especialista en formación de Synergie HRS, “es vital que, en esta situación, las empresas puedan realizar formaciones para mantener al empleado motivado y actualizado. De esta forma, realizando formación el trabajador incrementa sus capacidades y habilidades y se prepara para ser reinsertado en la que fue su empresa, o bien en una nueva”.
Qué debes saber sobre los nuevos ERTE de formación
1. ¿Por qué acogerse?
La empresa tiene dos razones: Por un lado, para que el trabajador en ERTE adquiera nuevos conocimientos mientras estás inactivo. Así, cuando pueda volver a su puesto, lo hará más preparado. Y por otro, porque la empresa puede conseguir bonificaciones mientras el trabajador se forma: se puede considerar un win-win.
2. ¿Qué beneficios saca la empresa?
Las exoneraciones (hecho de librarse de una carga) pueden ser diferentes según la empresa. Hay casos en los que la organización puede llegar a ahorrarse hasta un 80% en la cotización. Básicamente, la empresa recibe ayudas fiscales y económicas a cambio de que forme a sus empleados en ERTE.
3. Y… ¿quién la paga?
Se ha puesto a disposición una ‘aportación extraordinaria’ a través del Presupuesto del SEPE con el propósito de que la mayor parte de estas formaciones sean cubiertas por el Estado.
4. ¿Qué plazos hay?
Aunque el periodo que tienen las empresas para acogerse a los beneficios fiscales acaba, en principio, en febrero del 2022, el plazo para la formación se alarga hasta el mes de junio.
5. ¿Sobre qué deben ser las formaciones?
El objetivo de esta propuesta es que el empleado mejore como trabajador. A priori será una formación relacionada con el puesto de trabajo, pero el abanico puede ser más amplio y puede formarse en ámbitos nuevos.
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