En este contexto, las patronales de talleres Cetraa y Conepa han calculado los sobrecostes que los talleres de reparación tienen que hacer frente con la situación inflacionista actual, algo que estaría afectando a sus márgenes.
Así, los disolventes vendrían acumulando incrementos de precios de alrededor del 30% desde el año pasado. De igual forma, las pinturas subieron más del 5% a mediados de 2021, y se espera que suban en las próximas semanas una media del 7% . Además, a lo largo del ejercicio estarían previstas nuevas subidas.
Asimismo, los suministros energéticos de frecuente consumo en el taller, como la energía eléctrica, el gas o los gasóleos para procesos de secado y calefacción, han subido el 72 %, 12% y el 29% respectivamente, sin indicios próximos de ajuste a la baja.
De igual forma, recambios, piezas y productos plásticos, piezas de todo tipo, gestión de residuos, portes, materiales de limpieza y enmascarado, productos adhesivos y de fijado, servicios externos,… un amplio espectro que abarca a casi todos los suministros del taller experimentan incrementos de coste que con frecuencia se encuentran en horquillas de entre el 5% y el 10% de incremento, en ocasiones superiores.
A esto cabe añadir, las subidas del impuesto de precios de seguros; las actualizaciones en los precios de arrendamientos y subcontratas de servicios (riesgos laborales, asesoría, página web, programas de valoración, software de gestión); el mantenimiento de los coches de sustitución y muy en especial la actualización de los convenios colectivos en 2022, que incrementarán los costes laborales, con una gran repercusión en los márgenes de los talleres al facturar estos mano de obra.
¿Subir los precios en el taller?
Llegados a este punto, los presidentes de Cetraa y Conepa han instado a los talleres a actuar ante la pérdida de poder adquisitivo por la subida del IPC y a vigilar los efectos que la inflación tendrá en sus márgenes.
Las patronales invitan a los talleres a observar sus negocios y a actuar en tres sentidos, poniendo el foco en los tres posibles pagadores que tienen sus empresas:
- Los usuarios particulares, mediante la actualización de los precios expuestos al público.
- Las aseguradoras, a través de la solicitud de la actualización de los precios satisfechos por las mismas a los talleres como forma de defensa de su poder adquisitivo
- Las empresas de renting o flotas, respecto a cuyos acuerdos los talleres deberán considerar la repercusión del IPC en los servicios que prestan.
Y es que todos los talleres (de chapa, mecánicos, especializados, etc.) se verán afectados, en mayor o menor grado, por el incremento de la inflación, ante la que deberán definir la estrategia que consideren más apropiada.
En este sentido, ambas entidades están actuando ante las aseguradoras para facilitar la adecuación de sus precios a este escenario inflacionista. Así, se han dirigido a los presidentes de las principales compañías, trasladándoles la necesidad de revisar los precios que pagan a los talleres para neutralizar el incremento del IPC previsto y salvaguardar su poder adquisitivo.
Un último detalle que apuntamos desde El Blog del Taller Eficiente: frente a la subida de 6,5% interanual de los precios en España, la factura del taller apenas subió un 2,5%, es decir, cuatro puntos porcentuales menos que el IPC...
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